Dificultades con las habilidades de comunicación e interacción social y
Conductas restringidas y repetitivas
Aunque el trastorno del espectro autista (TEA) varía de una persona a otra, los médicos buscan estos dos síntomas a la hora de hacer un diagnóstico. También califican la gravedad de estos síntomas en función del nivel de apoyo diario que necesita la persona. Los niveles de gravedad van del nivel 1 ("requiere apoyo") al nivel 3 ("requiere un apoyo muy importante"). No todas las personas con TEA presentan estos dos síntomas básicos de la misma manera. Además, algunas personas sin TEA pueden presentar estos signos.
Conozca cómo el autismo puede presentarse de forma diferente en distintas personas:
Los niños y adultos con autismo pueden tener dificultades con la interacción social y las habilidades de comunicación, sobre todo en estas tres áreas:
Interacciones sociales
Iniciar conversaciones y turnarse para hablar
Compartir intereses o emociones
Comprender lo que piensan o sienten los demás
Comunicación
Contacto visual limitado
Comprender el lenguaje corporal, los gestos y las expresiones faciales de los demás
Regulación del tono de voz (por ejemplo, pueden hablar demasiado alto, demasiado bajo o con voz monótona)
Desarrollar, mantener y comprender las relaciones
Expresar sentimientos y buscar consuelo emocional en los demás
Hacer amigos y jugar con los compañeros
Comprender los límites y el espacio personal
Sentirse abrumado/a en situaciones sociales
Las conductas restringidas y repetitivas varían mucho en todo el espectro. Para obtener un diagnóstico de autismo, una persona debe mostrar al menos dos tipos de estas conductas:
Movimientos, juegos o patrones de habla repetitivos
Autoestimulación o realización de movimientos corporales repetitivos para regular las emociones (por ejemplo, balancearse, agitar las manos, dar vueltas, correr de un lado a otro)
Alinear juguetes en fila, hacer girar ruedas, accionar interruptores repetidamente
Imitar el habla de otra persona, repitiendo palabras o frases (también conocido como ecolalia)
Insistencia en la uniformidad y necesidad de rutina
Angustia extrema incluso ante pequeños cambios en los planes o la rutina
Conductas ritualistas (por ejemplo, ver los mismos videos una y otra vez, tocar objetos repetidamente en un orden establecido)
Necesidad de rutina (por ejemplo, el mismo horario diario, menú de comidas, ropa, ruta a la escuela)
Intereses intensos y de gran concentración
Gran interés o conocimiento de temas específicos y limitados
Fuerte apego a un objeto determinado (por ejemplo, un juguete o una figurita)
Insensibilidad o hipersensibilidad a la estimulación sensorial
Diferencias sensoriales, como sensibilidad inusual a la luz, el sonido, el tacto o la textura
Falta de sensibilidad al dolor o a la temperatura
Conductas de búsqueda sensorial (por ejemplo, oler o tocar objetos, fascinación visual por las luces o el movimiento)
Las personas con autismo también pueden presentar otras características. Por ejemplo:
Utilizar otros tipos de comunicación además del lenguaje oral (por ejemplo, teclear en una computadora, señalar imágenes en una tableta o comunicarse a través del comportamiento)
Dificultad con el funcionamiento ejecutivo (por ejemplo, planificar cómo completar una tarea, manejar múltiples tareas, tomar decisiones)
Problemas con la motricidad fina y la coordinación
Necesidad de ayuda para la vida diaria
Dificultad para regular o comunicar las emociones, lo que a veces da lugar a conductas autolesivas o dañinas, sobrecarga sensorial, crisis o bloqueos
Algunas personas autistas reprimen u ocultan sus síntomas para ser aceptadas o cumplir las expectativas de la sociedad. Esto se conoce como enmascaramiento o camuflaje. El enmascaramiento puede consistir en sobreponerse al malestar sensorial en una habitación ruidosa o forzar el contacto visual durante una conversación. Las investigaciones demuestran que el enmascaramiento es más frecuente en niñas y mujeres y puede causar problemas de salud mental.