El autismo, o trastorno del espectro autista (TEA), se refiere a una amplia gama de condiciones que se caracterizan por dificultades en las habilidades sociales, los comportamientos repetitivos, el habla y la comunicación no verbal. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, Centers for Disease Control), el autismo afecta actualmente a 1 de cada 31 niños y niñas y 1 de cada 45 personas adultas en Estados Unidos.
El autismo es diferente para cada quien, y cada persona con autismo tiene un conjunto distinto de fortalezas y desafíos. Algunas personas autistas pueden hablar, mientras que otras son no verbales o mínimamente verbales y se comunican de otras formas. Algunas tienen discapacidad intelectual, mientras que otras no. Algunas necesitan un apoyo importante en su vida diaria, mientras que otras necesitan menos apoyo y, en algunos casos, viven de forma totalmente independiente.
En promedio, el autismo se diagnostica en torno a los 5 años en los EE. UU. y los signos aparecen a los 2 o 3 años. Las directrices de diagnóstico actuales del DSM-5-TR desglosan el diagnóstico de TEA en tres niveles en función de la cantidad de apoyo que pueda necesitar una persona: nivel 1, nivel 2 y nivel 3. Consulte más información sobre cada nivel.
Muchas personas con autismo experimentan otros problemas médicos, de comportamiento o de salud mental que afectan a su calidad de vida.
Entre las condiciones concurrentes más comunes se encuentran las siguientes:
trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)
ansiedad y depresión
trastornos gastrointestinales (GI)
convulsiones y trastornos del sueño
Cualquier persona puede ser autista, independientemente de su sexo, edad, raza o grupo étnico. Sin embargo, las investigaciones de los CDC indican que a los niños se les diagnostica autismo cuatro veces más que a las niñas. Según el DSM-5-TR, el manual de diagnóstico del TEA, el autismo puede parecer diferente en las niñas y en los niños. Las niñas pueden tener una presentación más sutil de los síntomas, menos dificultades sociales y de comunicación y menos comportamientos repetitivos. Sus síntomas pueden pasar desapercibidos para los médicos, lo que a menudo conduce a un infradiagnóstico o a un diagnóstico erróneo. Obtener un diagnóstico también es más difícil para los adultos autistas, que a menudo aprenden a "enmascarar", u ocultar, sus síntomas de autismo.
El autismo es una condición que dura toda la vida, y las necesidades, las fortalezas y los desafíos de una persona autista pueden cambiar con el tiempo. A medida que pasan por las distintas etapas de la vida, pueden necesitar distintos tipos de apoyo y adaptaciones. La intervención temprana y las terapias pueden marcar una gran diferencia en las capacidades y los resultados de una persona en el futuro.
Una de las cosas más importantes que puede hacer como padre, madre o cuidador es conocer los primeros signos del autismo y familiarizarse con los logros del desarrollo que debería ir alcanzando su hijo/a.
En la siguiente lista se ofrecen algunos ejemplos de tipos comunes de conductas que pueden observarse en niños y niñas con diagnóstico de trastorno del espectro autista (TEA). No todos los niños y niñas autistas tendrán todas estas conductas, pero la mayoría presentará varias de las que se enumeran a continuación. Por eso es crucial una evaluación profesional. Además, algunos niños y niñas sin TEA pueden mostrar algunas de estas conductas. Pero para quienes tienen TEA, estas conductas pueden ser perturbadoras o suponer un desafío para la vida cotidiana.
Pocas o ninguna gran sonrisa u otras expresiones cálidas, alegres y cautivadoras
Contacto visual limitado o nulo
Poco o ningún intercambio de sonidos, sonrisas u otras expresiones faciales
Poco o ningún balbuceo
Pocos o ningún gesto de vaivén como señalar, mostrar, alcanzar o saludar con la mano
Poca o ninguna respuesta al nombre
Muy pocas palabras o ninguna
Muy pocas o ninguna frase significativa de dos palabras (sin incluir la imitación o la repetición)
Pérdida del habla, el balbuceo o las habilidades sociales previamente adquiridas
Evasión de contacto visual
Preferencia persistente por la soledad
Dificultad para comprender los sentimientos de los demás
Retraso en el desarrollo del lenguaje
Repetición persistente de palabras o frases (ecolalia)
Resistencia a pequeños cambios en la rutina o el entorno
Intereses restringidos
Conductas repetitivas (aleteo, balanceo, giros, etc.)
Reacciones inusuales e intensas a sonidos, olores, sabores, texturas, luces o colores
La edad del diagnóstico de autismo y los primeros signos de autismo pueden variar mucho de un niño o niña a otro. Algunos niños y niñas muestran signos tempranos de autismo en los primeros 12 meses de vida. En otros, los signos de autismo pueden no manifestarse hasta los 24 meses de edad o más tarde. Es importante señalar que algunos niños y niñas con TEA adquieren nuevas habilidades y cumplen los logros del desarrollo hasta alrededor de los 18 o 24 meses de edad, y después dejan de adquirir nuevas habilidades o pierden las que tenían.
La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP, American Academy of Pediatrics), la principal organización de salud pediátrica de Estados Unidos, recomienda que se someta todos los niños y niñas a pruebas de detección del autismo a los 18 y 24 meses de edad, además de someterse a pruebas de desarrollo y conducta durante sus visitas periódicas de control a los 9, 18 y 30 meses. Las investigaciones demuestran que, a la edad de 2 años, un diagnóstico de TEA realizado por un profesional con experiencia puede considerarse fiable.
Conozca las señales. El programa Act Early de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, Centers for Disease Control and Prevention) ofrece a padres, madres, profesionales del cuidado infantil y pediatras clínicos recursos gratuitos, en inglés y español, para supervisar el desarrollo del niño/a. El programa ofrece listas de verificación de logros, fáciles de usar para los padres y madres y basadas en la investigación, para niños y niñas desde los 2 meses de edad. La aplicación Milestone Tracker puede ayudar a los padres y madres a seguir el desarrollo de su hijo/a y compartir la información con sus pediatras.
Responda el cuestionario de detección M-CHAT-R. El M-CHAT-R™ (Lista de verificación modificada para autismo en niños pequeños, revisada) puede ayudarle a determinar si un profesional debe evaluar a su hijo/a. Este sencillo cuestionario en línea para la detección del autismo, disponible en nuestro sitio web, se responde en solo un par de minutos. Si las respuestas sugieren que su hijo/a tiene una alta probabilidad de padecer autismo, consulte con su pediatra.
Programe una cita con el pediatra de su hijo/a. Si le preocupa el desarrollo de su hijo/a, no espere. Hable ahora con su médico sobre la detección del autismo en su hijo/a. Puede utilizar la Guía de recursos de Autism Speaks para encontrar proveedores cerca de usted. Aunque cada niño se desarrolla de forma diferente, la intervención temprana puede mejorar los resultados, a menudo de forma espectacular. Por ejemplo, hay estudios que demuestran que la intervención conductual intensiva temprana mejora el aprendizaje, la comunicación y las habilidades sociales de los niños pequeños con TEA.